martes, junio 22, 2004


POSTALES .003

No sé si es que hoy me di cuenta, pero por lo menos recién pude ponerlo en palabras. Lo que sobreviene a veces es cansancio moral. Y por ahí andamos, desmoralizados a causa de tan terrible mal. Nos sentimos agotados con esa sensación de haber hecho las cosas bien -por lo menos lo mejor que pudimos, hasta donde nos dio el cuero- y que el resultado que se deja ver es triste, pobre, inesperado por lo malo, lo feo, lo incompleto, lo inacabado, lo indeseado.
Pero no queda otra: es lo que hay. Y pueden venir a ponernos una mano sobre el hombro, decirnos palabras gratas, mostrarnos un costado que habíamos pasado por alto, una perspectiva nueva. Pero, nada: deseabamos otra cosa.
Ahí estamos, reposando sobre el diván, mirando el techo.
Sí, definitivamente. Es menester descansar.
Por lo menos yo lo tengo más que merecido.