martes, enero 18, 2005


Sería buena cosa tener una idea brillante para escribir algo que cautive la atención del gran público. No la tengo.

Sería espectacular haber pasado por una experiencia singular para contarla generando en quien lee una atención sostenida a lo largo de párrafos y párrafos. Pero fuera de que me apuraron por monedas en Medrano al 800 o de que anoche esperé el maldito tren -sin éxito- por más de media hora y otro tanto el colectivo que por fin me acercó a casa o de que esta mañana consumí un desayuno en el bar antes de notar que no tenía un mísero billete en el bolsillo, nada pasó.

Tampoco el clima, cómodin dialéctico-meteorológico por antonomasia, es tan insoportable como para arriesgar algo.

Nada pasa y me quiero ir de vacaciones.

Eso pasa.