jueves, enero 31, 2008
martes, enero 29, 2008
sábado, enero 19, 2008
COSAS DE LA SEMANA
Enero es un mes extraño. Todos los años experimento una reentre al año eterno -consecutivo de sí mismo, loop criollo, mi existencia- con la misma neurosis. Hay un dejo de culpa del ocio que nada tiene de gozoso, asaltado por pensares de tono (de)mandante. Y ahí, adelante, el grueso tenor de los futuros meses, fantasma de lo que no es pero promete devenir porvenir en breve.
Días de Colón. Flânerie porteña. The Science of Sleep en DVD. El café más caro del mundo que se toma en cualquier café decadente de Palermo Nada. Es lugar común que los café-bares de Buenos Aires han sido arrasados por el mal gusto noventista. Debería haber una "Secretaría del Buen Gusto", pero en esta ciudad signada por el noventismo redivivo que se sabe tan "pro", es imposible. (Lo estableceremos en tu dictadura, chica.)
Mis vecinos, desde planta baja, hacen estallar las ideas a velocidades imposibles entre las inflexiones que sólo el guaraní permite.
Fuimos con Max al Hoyts General Cinemas Abasto a ver I Am Legend y nos gustó hasta casi el final, cuando hay que convertirse al postcristianismo del que nos anoticiaba Bloom para experimentar el éxtasis místico arrobado y no recordar que la novela hablaba de otra cosa.
Mi vecina entra en modo carcajada, como siempre. Quiero hablar guaraní para decirle a "Mauricio" lo que considero de él en menos de un minuto; decírselo en castellano me llevaría horas, pienso.
Tendría que escribir algo en estos días. Algo que valga la pena entre toda la nada de enero. Por suerte no estoy en la costa. Los dioses están de mi parte.
Me traje de lo de Pol la tercera temporada de Seinfeld. Pienso que mi vecina no debe haberlo visto nunca.
Enero es así. La vida es casi un capítulo de Seinfeld tras otro.
Eso. Nada más.
Días de Colón. Flânerie porteña. The Science of Sleep en DVD. El café más caro del mundo que se toma en cualquier café decadente de Palermo Nada. Es lugar común que los café-bares de Buenos Aires han sido arrasados por el mal gusto noventista. Debería haber una "Secretaría del Buen Gusto", pero en esta ciudad signada por el noventismo redivivo que se sabe tan "pro", es imposible. (Lo estableceremos en tu dictadura, chica.)
Mis vecinos, desde planta baja, hacen estallar las ideas a velocidades imposibles entre las inflexiones que sólo el guaraní permite.
Fuimos con Max al Hoyts General Cinemas Abasto a ver I Am Legend y nos gustó hasta casi el final, cuando hay que convertirse al postcristianismo del que nos anoticiaba Bloom para experimentar el éxtasis místico arrobado y no recordar que la novela hablaba de otra cosa.
Mi vecina entra en modo carcajada, como siempre. Quiero hablar guaraní para decirle a "Mauricio" lo que considero de él en menos de un minuto; decírselo en castellano me llevaría horas, pienso.
Tendría que escribir algo en estos días. Algo que valga la pena entre toda la nada de enero. Por suerte no estoy en la costa. Los dioses están de mi parte.
Me traje de lo de Pol la tercera temporada de Seinfeld. Pienso que mi vecina no debe haberlo visto nunca.
Enero es así. La vida es casi un capítulo de Seinfeld tras otro.
Eso. Nada más.