COSAS QUE PASAN (entre la lealtad y la madre)
Se hartó de la intelligentsia. Se cansó, simplemente. Estalló, un día, su cabeza. Consideró que era suficiente, enough, you know. Y así se vino como loco y puteó y los mandó a todos a la recalcadísima concha de la madre, tía o hermana (según corresponda y para no discriminar). Porque no hay motivo para andar tolerándolo todo por ahí como un pusilánime conformista biempensante políticamente correcto. Ya lo habían escuchado antes, presa de su rosario de quejas, de su contínuo darse a la pena. Así, se puso denso, se desbordó. Les dijo que no le interesaba más, que no leyó. Que no fue. Que no la vio. Y que se fueran todos a lavar el culo, también, les dijo.
Eso sí, por si a alguno todavía le interesa, dice que vio un ejemplar de El arcoiris de gravedad en la vidriera de Zivals.
Eso sí, por si a alguno todavía le interesa, dice que vio un ejemplar de El arcoiris de gravedad en la vidriera de Zivals.
Etiquetas: crónicas
1 comentario(s):
Que hacer y que no hacer, los in y los out. Es casi casi lo mismo que hace Gente con la moda del verano y con igual intolerancia tachan o desacreditan al que no gusta, no sabe o no está interesado por lo que corresponde estar.
Ahhhh! La gente del pensamiento...¿hegemónico?
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<< volvé a ficcionalista!