viernes, enero 14, 2005


Hay que hacer algo con las mozas con mala onda. Porque si hay alguien con quienes yo tengo buen trato es con ellas. Con las mozas, digo; no con las de mala onda. Si llego a la noche y me quiero tomar un café o una cerveza con un amigo y pregunto por pura cortesía si podemos usar las mesas que no están armadas y si voy casi todas las mañanas a desayunar ¿qué pasa? ¿qué es eso de poner semejantes piedras en el camino para tirar una botella de 3/4? Y que me tenga que habilitar el encargado. Mi amigo me decía que era linda. Y sí. Pero esa onda no la va llevar a ningún sitio.
Mirá. Mirá como se le cae el vaso y se le hace mierda.
Tomá.
Por la onda.