BLUE XMAS
Este año vi menos adorno, y menos arbolitos y menos guirnaldas y menos cañita al aire y menos cotillón y parafernalia papanuelesca. Y oí menos yingelbels y menos petardo absurdo, también.
Este año bebí menos y saqué más fotos familiares y escuché mejor música porque los discos los llevé yo para evitar, Coxon dixit, esa “música de telo” tan arjona, tan riqueiglesias, tan luismiguel.
Este año, el fin de ciclo se precipitó así, sin piedad, sin demasiado aviso, sin dejarme disfrutar de algunos logros módicos porque, en la víspera en la que nadie muere, se me murió adentro mucho de lo que me sostuvo en los últimos dos años y todo fue menos festivo y menos québelloesvivir hasta dejarme sin ganas, siquiera, de darme a esos tontos rankings que acompañan desde hace años todos mis diciembres.
Pero por si alguien pregunta algo, ponganlén un poroto a “I Don´t Feel Like Dancing”, ponganlén...
Eso. Nada más.