A VECES
Me gusta sentir el ambiente cálido de mi departamento en invierno.
Me gusta el efecto que la iluminación tenue produce en el cuarto, el perfume del piso limpio, el reflejo sobre el cerámico que se ve desde el escritorio; el otro reflejo: el del monitor sobre la montura de mis lentes.
Me gusta el aroma del té, con limón, miel y un toque de cachaça, su gusto, el calor de la taza entre mis manos y el vapor elevándose como un espíritu inquieto.
Me gusta la tricota con cuello alto que llevo puesta.
Me gusta abrir el winamp en shuffle y que el primer tema que suene sea Babooshka de Kate Bush.
Me gusta ese momento en que -sin buscarlo- todo eso pasa al mismo tiempo.
Me gusta el efecto que la iluminación tenue produce en el cuarto, el perfume del piso limpio, el reflejo sobre el cerámico que se ve desde el escritorio; el otro reflejo: el del monitor sobre la montura de mis lentes.
Me gusta el aroma del té, con limón, miel y un toque de cachaça, su gusto, el calor de la taza entre mis manos y el vapor elevándose como un espíritu inquieto.
Me gusta la tricota con cuello alto que llevo puesta.
Me gusta abrir el winamp en shuffle y que el primer tema que suene sea Babooshka de Kate Bush.
Me gusta ese momento en que -sin buscarlo- todo eso pasa al mismo tiempo.
Etiquetas: crónicas
6 comentario(s):
Eso quiere decir que F! ya instaló el tiro balanceado. !Brindo por eso!
Me hace acordar a Los Premios de Cortázar... pero lo tuyo es más cercano.
Cuatro palabras espantosas del habla de los porteños:
1. bombacha
2. corpiño
3. pollera
4. polera
En el uso oral puede hacer referencia a la cuarta; por escrito, ficcionalista! viste "tricota".
Eso. Nada más.
Disiento. Prefiero polera. Tricota suena a abuela, o a tía Lola.
bombacha, corpiño, pollera, polera
no quiero alimentar enconos innecesarios ni abrir viejas heridas nacionales con mi comentario limpio de toda limpieza. sin embargo creo que todos, azules y colorados, haríamos muy bien en rescatar la palabra tricota del desprestigio en que la sumnió la juventú. ese inusual vocablo es, definitivamente, una palabra preciosa. salú.
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<< volvé a ficcionalista!