SELF
1.
“¿Qué es Usted?”, me pregunta.
“¿Eso es Usted?”, insiste.
2.
Sé que la gente anda por la vida enseñando credenciales, chapas, títulos, certificados, documentos y constancias de toda naturaleza y procedencia que les recuerdan –a sí mismos, a los demás – de quiénes se trata.
Sé que con esos escritos se aprecian se engañan, se consideran a sí mismos y se sienten habilitados para considerar a los demás en virtud de su condición.
Sé que muchos no saben quiénes son.
3.
La mirada del otro. Somos –pienso–, por hábito, el resultante de esa mirada.
4.
Sé que a los cuatro años vestía de cowboy; hoy, no puedo considerar –para mí– un solo disfraz posible.
5.
Padre es una pared.
Madre parece ser una puerta distante.
“¿Qué es Usted?”, me pregunta.
“¿Eso es Usted?”, insiste.
2.
Sé que la gente anda por la vida enseñando credenciales, chapas, títulos, certificados, documentos y constancias de toda naturaleza y procedencia que les recuerdan –a sí mismos, a los demás – de quiénes se trata.
Sé que con esos escritos se aprecian se engañan, se consideran a sí mismos y se sienten habilitados para considerar a los demás en virtud de su condición.
Sé que muchos no saben quiénes son.
3.
La mirada del otro. Somos –pienso–, por hábito, el resultante de esa mirada.
4.
Sé que a los cuatro años vestía de cowboy; hoy, no puedo considerar –para mí– un solo disfraz posible.
5.
Padre es una pared.
Madre parece ser una puerta distante.
Etiquetas: crónicas
6 comentario(s):
por ahí me da la impresión que los cinco puntos son puntos de indefinición.
hay una única manera de definirse, en todo caso?
3 y 4 tienen algun relación?
Es posible.
Creo que no. Hay, seguramente, muchas maneras de definirse.
No lo sé.
Hace algunos años un amigo me pasó su tarjeta, decía algo así como "Rogelio Ferreira, Estudioso del Tema"
Saludos,
Arlequín
No sólo por hábito somos resultante de esa mirada, sino que sin ella no podríamos siquiera comenzar a ser.
Más luego la relación de necesidad pasará a ser deseo... y tal vez hábito, por qué no?
Tengo un amigo que era de la opinión de que cuando redactásemos un currículum no debiéramos de incluir aquellos lugares donde hemos trabajado, lo que -hipotéticamente- hemos publicado, o escrito, o los idiomas que conocemos. En nuestro currículum debiéramos indicar que somos amigos de A, de B, de C, de D, de E, que conocemos a F y a G, que aprendimos a nadar el verano en que cumplimos 7 años, y a ir en bicicleta un par de meses más tarde. Que nos enseñaron a besar cuando éramos adolescentes en la playa de Z, y que nos costó -o no- acostumbrarnos. Que nos llevamos bien, o mal, con nuestros padres, y hermanos. Que somos inquietos, o taciturnos, o soñadores, o alegres, o coquetos. Que nunca lloramos tanto como aquella noche en la que murió X y el mundo se resquebrajó bajo nuestros pies. Que nos emociona escuchar una y otra vez la pieza Y del cantante R. Que venderíamos el alma al diablo por haber escrito aquel poema de nuestro autor favorito, de quien tenemos su obra completa en nuestras repletas estanterías.
Trazaríamos un currículum que reflejaría mucho mejor aquello que somos y que nos identifica, aunque, nunca, nunca, llegaríamos a acercarnos del todo a la verdad de lo que somos, porque siempre nos estamos descubriendo.
Bueno, en realidad mi amigo no decía exactamente esto, pero se le parecía. Como también se asemeja -quizá, un poco- a esto el texto que ha escrito F!
¿es que estamos todos pensando en lo mismo? yo sólo pude llegar a la básica conclusión, casi obvia, de que no soy una sola cosa, ni dos, ni tres. soy tantas que, a veces, no sé cómo cuernos hacerlas convivir.
Publicar un comentario
<< volvé a ficcionalista!