domingo, mayo 01, 2005

SOBRE LAS INCURSIONES EN LIBRERÍAS

Poseído por quién sabe qué espíritu incordio y dado a la nomenclatura, ficcionalista! ofrece al asiduo visitante de librerías un análisis de los modi operandi más usuales en el arte de la compra libresca. El mismo no pretende ser exhaustivo, pero sí introducir al lector en el conocimiento de las patologías que padece este humilde servidor –y tal vez usted, por qué no– a la hora de agenciarse de material de lectura. Con ustedes, las variantes:

Interés específico
Probablemente la motivación más habitual para el público en general. Leyó en una revista, diario, sitio de Internet. Tal vez le recomendaron un título. El comprador entre a la librería en busca de un título determinado. La visita puede terminar en la compra (o no) de la obra en cuestión. La búsqueda entre las mesas y estantes puede motivar también a la adquisición de algún otro título.

Temática circunstancial
El comprador se aboca a la búsqueda de obras sobre una cuestión, arte, ciencia, área o disciplina determinada con antelación, por gustos o necesidades específicas. Esta variante puede dar lugar a notables descubrimientos bibliográficos.

Compra compulsiva
El sujeto ingresa a la librería con la finalidad de comprar uno o más libros. No sabe cuál(es) pero el dinero o el plástico parece quemarlo a la altura del bolsillo portante. Hay que salir del local con algo en una bolsa, sí o sí.

Tiempo límite
Antes de adentrarse en la librería, el lector se fijará un tiempo máximo de permanencia en el predio librero. Concluido ese período, haya comprado o no, deberá abandonar las instalaciones. La variante más cruda supone que, aun cuando ya se encuentre haciendo la cola o esté esperando la acreditación del pago electrónico correspondiente y el tiempo se agote, la compra debe ser cancelada o anulada finalizando la incursión de modo traumático.

Caza de libros raros
Para ser llevada a cabo especialmente en librerías de viejo, compra-venta de usados y ferias variopintas. La finalidad es alzarse con los títulos más raros y sorprender así a propios y extraños. Éxito asegurado si la finalidad es enrostrarle la compra a algún desagradable bibliófilo/fetichista conocido.

Caza de ofertas
Obvia, no necesita explicación alguna. Requiere de un conocimiento de la plaza bibliográfica epocal para no ser timado por avivados y/u oportunistas que venden sobrevaludo lo que se encuentra en las mesas de saldo de Av. Corrientes o Av. de Mayo a valores irrisorios. Si se combina con la variante “libros raros”, el regocijo crece exponencialmente.

Cantidad prefijada
Variante para los que cuentan con una estimable liquidez monetaria. No se llevarán más de "x" libros en cada oportunidad. Poco habitual, el último caso en Buenos Aires del que tengo conocimiento ocurrió el 23 de junio de 1993.

Cota alfabética
La adquisición estará sujeta, por ejemplo, a la inicial del apellido del autor: Denevi, Durkheim, du Maurier, Di Giorgio, d’Annunzio, Descartes, Dios (autor de La Biblia), Dickens, Di Benedetto, etcétera…

Robo o hurto
De larga tradición. Gente como David Viñas se ha hecho así de una biblioteca respetable. El grado de violencia implícita queda a consideración del autor.

Precio límite
Se fija un límite de gasto a realizar. Los aventurados lo fijaran teniendo en cuenta los centavos –sin redondear–, los más radicales aceptarán no llevar un libro que exceda el monto prefijado aun decimalmente.

Desborde
En realidad esta técnica es utilizada con el objetivo de NO comprar libro alguno. El fenómeno se funda sobre el proceso de saturación por sobreexposición líbrica. La técnica consiste en pasar una exagerada cantidad de tiempo en la librería –a veces horas enteras– hasta que la mente se obnubila y ya no puede decidir sobre qué libro(s) comprar entre cientos o miles que tuvo entre sus manos. Ideal para cuando se anda corto de divisas. En el caso de quien escribe, técnica de probados resultados.

Incursión violenta
Para llevar a cabo en predios particularmente grandes y de fácil circulación. Requiere de experiencia y cierto grado – alto– de pericia. Consiste en entrar raudamente al local y, sin detenerse en ningún momento, hacer un rapidísimo reconocimiento visual de la totalidad de la mercadería, los estantes y mesas de exposición. Después de un número de vueltas no mayor de 3 (tres), se manotea un libro y se mira el índice. La operatoria puede repetirse también 3 (tres) veces. Sin solución de continuidad se elige uno de los títulos. Ése se va a casa con uno.
La opción más extrema de esta variante consistirá en manotear el primer libro que interese y comprarlo. Se pueden llevar registros sobre cuáles son los títulos adquiridos en menor tiempo. Son estimables y dignas de consideración las marcas situadas por debajo del minuto.

Las posibilidades y combinatorias son ilimitadas.

Se atiende, como de costumbre, a nuevas e ingeniosas propuestas.

Eso. Nada más.

9 comentario(s):

Blogger Chiquilín de Bachín supone...

Mi corta creatividad no me permite agregar nada a esta lista brillante. Sólo digo que entraría dentro de las categorías Compra compulsiva, Tiempo límite y Desborde, la mejor sin ningún lugar a dudas.

La incursión violenta es para gente que lee a los surrealistas.

01 mayo, 2005 08:57  
Blogger luciana christante supone...

a mi me ocurre casi siempre el "interés específico" pero con una variante: me quedo en la librería manoteandolos e leyendo sus primeras y ultimas paginas (prefiero las librerias con buenos sillones) y si estoy convencida que es necessario comprarlos, vuelvo a mi casa y lo hago por internet (porque me sale más barato, al menos en brasil).

Luciana (vivacomopuder.blogspot.com)

01 mayo, 2005 20:42  
Blogger mer supone...

Yo agregaría la moderna y un poco triste "compra por internet" que, aunque no sé si se pude incluir dentro de "incursiones a las librerías" es últimamente el método que utilizo, por cómodo y barato, y por la tristísima realidad de que en el pueblo donde vivo, las únicas librerías decentes quedan en medio de una ruta a la que es difícil llegar sin auto.

En general entro a amazon.com buscando algo específico, y termino comprando también algo que no tenía en mente, todo sea para llegar al monto que califique para el "free super saver shipping".

En lo personal, siempre tengo una lista de "cosas por leer" tan larga que no me entusiasma ir a buscar nuevas deudas.

Excelente post.

02 mayo, 2005 00:24  
Blogger Ling supone...

La lista de "cosas por leer", al menos en mi caso, es peligrosa: me la olvido cuando entro en la librería, empiezo a mirar y salgo angustiada porque cada vez es más grande.

Y adhiero al "Excelente post".

02 mayo, 2005 14:24  
Anonymous Anónimo supone...

Suelo entrar en alguna de las patologías citadas por Ud. Pero en la mayoría de los casos entro en una librería sin ningún objetivo prefijado. No leo críticas, no me suelo volver loco con algún libro que me recomendaron, no lo escucho a Quiroga ni leo la Viva. En la mayoría de las situaciones, los libros me encuentran a mí. Como si la tapa, la ilustración o el título me gritara desde donde reposa. Y de este modo me he hecho de algún que otro libro raro. No se por qué siempre se me termina pegando lo freak.

03 mayo, 2005 11:09  
Blogger efe supone...

Perdón, Julie.
Soy un total, completo y absoluto desagradecido.
Perdón.

Y encima el amigable personal opera como contención moral en situaciones de crisis.

Perdón y besos.

04 mayo, 2005 21:36  
Anonymous Anónimo supone...

Comparto,Arlequín.
Cuando todo termina siendo un gran supermercado, volver a los fetiches. Cómo renunciar al olor de un libro y a espiarlo cuando todavía es ajeno. Siempre es "ese libro" y no el que figura en el catálogo. Si además, le agregamos la adrenalina del robo...pero bueno, eso se lo dejamos a gente más valiente.

08 mayo, 2005 13:06  
Anonymous Anónimo supone...

best regards, nice info
» » »

06 octubre, 2006 00:39  
Anonymous Anónimo supone...

Excellent, love it! http://www.lose-weight-to-freedom.info/ativan-and-cash-on-delivery-and-no-consultation.html Magellan 750m plus gps vehicle navigation system

02 febrero, 2007 19:22  

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