Bien. De nuevo en Buenos Aires me encuentro con que la suma de actividades, la carencia de tiempo a ella debida y demás otras excusas, complotaron para ayudarme a postergar cualquier ejercicio de escritura. Quedan, entonces, cantidad de cosas que en su momento hubieran parecido oportunas y que hoy son más bien extemporáneas.
Así que, como en otras oportunidades, esto no vendría a ser más que un ejercicio de diletancia irrelevante.
Arriesgo entonces, sin orden ni solución de continuidad, algunas consideraciones.
LECTURAS. Estoy fascinado con la prosa de Lucio V. Mansilla en
Una excursión a los indios ranqueles. Exquisita y fluida. Un encanto.
POLITICAS I. Me tocó escuchar argumentos de la más diversa laya a la hora de justificar por qué Cristina Fernández recibió la proporción –que no ya la cantidad– de votos que le permitieron ser electa presidente de la Argentina. El que más daño cerebral me produjo fue el compartido por la socióloga Alcira Argumedo, hasta ese momento persona de mi mayor consideración, en el programa de Radio Mitre
La siesta inolvidable. Parece que el hijo de Argumedo tiene "un amigo cartero" al que por su gusto literario llaman cariñosamente "
il postino" quien, en cumplimiento de su responsabilidad diaria, sólo pudo entregar seis de las veinte citaciones para presidir mesas electorales. Parece también que los domicilios eran incorrectos. Esto produjo el ausentismo de autoridades en la mañana del comicio. Jorge Halperín, elegantemente, le repreguntaba muy cuidadoso si no creía que la tendencia creciente del ausentismo en los últimos años no tenía que ver con la falta de responsabilidad cívica del ciudadano promedio. "Yo siento que no es así", "me parece que no es de esa manera", respondía doña Alcira, convencida de que todo se trató de una conspiración que tuvo como protagonista al Correo Argentino, responsable de manipular los domicilios con la finalidad de que los presidentes de mesa fueran "amigos del gobierno" (sic).
Por un mail abierto a destiempo, una semana después de los comicios, me fui a enterar que tal excusa-bálsamo por la derrota no gozaba siquiera del triste mérito de la originalidad.
JUVENILES. Los adolescentes gritan y hacen ruido todo el tiempo.
POLITICAS II. Un fantasma recorre la Argentina: el fantasma del gorilismo. Los que se desgarran las vestiduras por las instituciones republicanas. Los que ven en el kirchnerismo la continuidad del modelo de explotación capitalista. Los que declaman desde un supuesto peronismo auténtico. Los que ven al montonerismo redivivo en poder de la Patria...
Todo el discurso de la posición encuentra un denominador común inquietante, una hilacha antiperonista que hace mucho no se veía por estas tierras.
Y un
sms que me llega increpándome desde la comodidad del voto testimonial que echa paños fríos en la conciencia nac&pop bien queriente "... votaste a la monarquía". Los que me acusan de
gorila histórico y congénito, en la comodidad que le brindan sus zapatitos blancos impecables, me corren por izquierda o por derecha o desde la altura de las ideas más excelsas e impolutas, no sé...
IRONICAS. Fui espectador de un documental presentado por alumnas y alumnos de Carlos Fuentealba, el docente asesinado por la represión ordenada por Sobisch en la provincia de Neuquén hace siete meses. En su emotiva semblanza, en lo preciso de la materia que lo formaba, parecía más una hagiografía que el retrato de un trabajador social.
En tanto, en una escuela de gestión privada del Gran Buenos Aires, me descontaron una tajada importante de mi salario por haberme plegado al paro en reclamo de justicia por su asesinato.
Eso. Nada más.
Etiquetas: crónicas, elecciones, excusas, lecturas, palabras, salidas
Da lástima y risa ver a tantos pelotudos hablando boludeces por envidia y resentimiento. Vayansé a lavar el culo y aprendan a respetar a quien les puede dar clases sobre cualquier tema, en especial sobre la cuestión VIDA. Qué pueden saber ustedes de filosofía o de cualquier otro tema, si son unos nabos que apenas llegan a escribir en un blog (porque es gratis).
Chau ratones. Avisen cuando empiecen a existir, porque ahora son como aire, como la nada.
Muertos.
Lucas, sos un capo. Sabelo.